¿Alguna vez te has encontrado algo y lo has regresado a su dueño o dices la verdad aunque te vayan a regañar? Cuando decides hacer lo correcto en alguna de esas situaciones estas recurriendo a la honestidad.
Cuando alguien es honesto dice la verdad, no hace trampa y hace lo correcto sin pensar en beneficio propio o sacar ventaja de alguna situación; no dice mentiras ni toma los objetos que no le pertenecen.
Ser honesto significa respetar a los demás y entender que todos son igual de importantes; es reconocer nuestros errores aun cuando tengamos que enfrentar alguna sanción.
Una persona honesta genera confianza en los demás y siempre estará rodeada de amigos que creen en él, ya que fortalece las relaciones humanas.
¡Las personas honestas son las más felices! Aprópiate de este valor y siéntete orgulloso.
Para los padres: La enseñanza de la honestidad como valor fundamental debe inculcarse en el hogar desde la primera etapa de la infancia y debe ser enseñada como parte de la conducta del día a día a través del ejemplo.